AnaYMia (viviendo el infierno en un verso)

Sin rostro, sin cuerpo. Perfecta por fuera inestable por dentro.
Moldea tu cuerpo junto con tus temores y miedos.

Sin salida alguna mas que la perfección a base de ayunas.
Cortadas y moretones hacen de tu cuerpo un sin fin de errores, mostrando a todos, tus mas ocultas emociones.

Amar tu cuerpo ya no es suficiente, ya que en tu mente un vientre plano siempre esta presente.
Aunque solo son la abreviación de dos enfermedades mortales, nosotras las hemos convertidos en personas reales.
La belleza, muchos dicen, esta en el interior, pero ellos solo se fijan en las lonjas que están a tu alrededor.

Todos critican tu estilo de vida, pero una vez que te acostumbras ya todo tiene rima.
Dicen que lo dejes, que tu ya eres perfecta, pero ellos no se acuerdan como te decían cuando pesabas 80.

Amor del bueno

Sabes que estas enamorad@ cuando estas con esa persona ideal & haces cualquier cosa para hacerla feliz, sabes que cambiarías todos tus defectos para que estos no pudieran afectar a la relación  Pero sabes que esa persona es el/la indicad@ cuando te acepta con todos tus defectos y jamas te pediría que los cambiaras... Esto damas y caballeros, es amor.

La locura de los tontos (1er ensayo)

El saber de los locos, desde el punto de vista del "Elogio de la locura" de Erasmo de Rotterdam, anuncia que, adoptar una posición absoluta con respecto a la fe o a la razón, no significa conocer, sino que sólo creer saber. “La locura hace dudar a muchos, ya que la cualidad de los estultos es el ser francos y veraces. De ahí que la estulticia asegure que los reyes prefieran pasar más tiempo con los bufones que con los sabios, porque estos últimos sólo hablan de temas tristes y se preocupan de hacer notar a los demás su supuesta superioridad” (Rotterdam, 1511).

“Todo cuanto lleva el necio en el pecho, lo traduce a la cara y lo expresa la palabra. En cambio, el sabio tiene dos lenguas, una para decir la verdad y otra para decir cosas que consideran convenientes según el momento”. (Rotterdam, 1511) La locura es importante debido a que su reconocimiento conduce a la verdadera razón.

Es por esto que la locura no puede vivir sin la razón, ya que conociendo lo que es la locura se puede llegar a la razón y determinar la verdadera importancia de las cosas. A través de la locura, el hombre es capaz de reconocer la miseria que le rodea, porque conociéndola identifica sus debilidades, sus errores y su incapacidad de razonar correctamente. Lo que más crítica Erasmo de Rotterdam son “las ciencias por su afán de reconocimiento universal de una sola verdad y sus pretensiones de alcanzar la posteridad” (Rotterdam, 1511).

“Esto, con el fin de demostrar que no es más sabio quien lee y adopta teorías ajenas, sino quien a través de su propia experiencia establece o comprueba una.” (Rotterdam, 1511). Por esto, es mejor quien aprende a vivir su situación actual y no se avergüenza de cómo va saliendo a delante. En el siglo XV, el hombre comienza a establecer los hechos del mundo de otra manera. Los temas “supremos” pasan a ser propios, y viceversa, por lo que todo se torna más cercano y entendible. El miedo a la muerte, y a todo lo que provenga de la ultratumba, se nota “normal” debido a que se humaniza, se hace más terrenal y, por lo tanto, alcanzable y más comprensible.

Según el diccionario, el lunatismo “es un estado de locura temporal que suele concordar con las fases lunares, principalmente con la luna llena”. La locura además como falta de razón puede ser utilizada para defensa ante cargos criminales. Se designó como locura hasta final del siglo XIX a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas. Lo que se interpretó como locura (socialmente) fue la desviación de la norma, por culpa de un desequilibrio mental, por el cual un hombre o una mujer padecía de delirios enfermizos, impropios del funcionamiento normal de la razón, que se identificaban por la realización de actos extraños y destructivos. Los síntomas de ciertas enfermedades, como la epilepsia u otras disfunciones mentales, fueron también calificados de locura. Locura, según el diccionario, significa “privación del juicio o del uso de la razón”. Sin embargo, esta definición no siempre ha sido tal.